Complemento en la formación integral del alumnado C.F.G.M.CUIDADOS AUXILIARES DE ENFERMERÍA. Profesora: ISABEL DURÁN
miércoles, 25 de noviembre de 2020
domingo, 22 de noviembre de 2020
domingo, 15 de noviembre de 2020
PATOLOGÍA RESPIRATORIO APUNTES
RINITIS: inflamación de la mucosa de la nariz, con hinchazón y secreción. Puede ser por infección, alérgica, por vasodilatación, etc.
SINUSITIS: inflamación de uno o más senos paranasales. Puede ser una complicación por una infección de vias respiratorias supriores, dental, alergia, problema estructural de la nariz,…Se inflaman las membranas nasales y se obstruyen las desembocaduras de los senos, con lo que se acumulan secreciones que produce presión, dolor, cefalea, fiebre…
LARINGITIS: inflamación de la mucosa que tapiza la laringe, con edema en las cuerdas vocales que produce ronquera y afonía y dolor y aspereza en la garganta. Puede ser aguda (catarro, gases irritantes, cambios bruscos de temperatura) o crónica (forzar la voz, tabaco).
BRONQUITIS: inflamación aguda o crónica de la mucosa del árbol traqueobronquial, a menudo por infección por virus o bacteria. Aparece tos productiva, fiebre, hipersecreción de moco, dolor torácico.
ENFISEMA: enfermedad pulmonar que daña los alvéolos, destruyéndose sus paredes y disminuyendo el intercambio gaseoso. La principal causa es el tabaco. Aparece disnea, tos, ortopnea, taquipnea, taquicardia, ansiedad, etc.
E.P.O.C. (enfermedad pulmonar obstructiva crónica): grupo de enfermedades pulmonares progresiva, siendo las dos formas más comunes la bronquitis (expectoración y tos crónica) y el enfisema (destrucción del tejido pulmonar).
EDEMA PULMONAR: acumulación de líquido en los alvéolos e intersticio debido a un aumento de la presión capilar pulmonar. Suele estar causado por problemas en el corazón (infarto, insuficiencia cardíaca, estenosis mitral), crisis hipertensiva, sobrecarga de líquidos, fallo renal…
PLEURITIS: inflamación de la pleura, que suele aparecer en procesos inflamatorios del pulmón, cáncer,… y que cursa entre otros síntomas con dolor en el tórax que aumenta con la respiración profunda o tos.
EMBOLIA PULMONAR: obstrucción de una arteria en los pulmones normalmente por un coágulo de sangre (trombo), aire, grasa… Esos coágulos vienen desde otras partes del cuerpo, sobretodo las piernas y caderas, donde se han formado por inactividad, reposo prolongado, anticonceptivos orales, cirugía (pélvica), fractura de caderas, etc.
ASMA bronquial
El asma es una enfermedad respiratoria caracterizada por inflamación crónica de las vías aéreas (bronquios) que causa episodios recurrentes de sensación de falta de aire (disnea), pitos en el pecho con la respiración (sibilancias), tos y sensación de opresión en el pecho. Las pruebas de función respiratoria (espirometría) en el momento de una crisis demuestran obstrucción al flujo aéreo que mejora significativamente, si no del todo, con broncodilatadores. La inflamación crónica de los bronquios también es causante de que ante numerosos estímulos irritantes (humo, perfumes, etc), los pacientes con asma se sientan peor. Esta mayor hiperreactividad bronquial ante ciertos estímulos puede detectarse en el laboratorio de función pulmonar mediante pruebas de provocación, observándose una mayor obstrucción de las vías aéreas que también remite con el uso de broncodilatadores. La prevalencia del asma en la población varía considerablemente de un país a otro. Por causas que se desconocen, es más alta en países en donde el idioma predominante es el inglés. En la encuesta de la Unión Europea sobre Salud Respiratoria publicada en 1996 en el European Respiratory Journal, se observó que la prevalencia en la población adulta varía entre un 2 y un 3 por ciento en países como España, Italia, Alemania, Estonia, Grecia y Argelia, y entre un 8 y un 12 por ciento en Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Australia. Lo más preocupante es la tendencia al alza de los niveles de prevalencia que se viene observando en diversos países. En Estados Unidos, por ejemplo, la prevalencia en la población comprendida entre los 5 y los 34 años de edad ha aumentado en un 52 por ciento desde 1982 a 1992.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los tres síntomas más comunes en pacientes con asma son: sibilancias (pitos en el pecho con la respiración), tos y disnea (sensación de ahogo). Estos síntomas suelen ocurrir de forma simultánea, aunque la ausencia de uno o, incluso dos de ellos, no descarta el diagnóstico de esta enfermedad. Es frecuente que el asma se manifieste con un sólo síntoma, por ejemplo, tos irritativa persistente. Es característico que los síntomas del asma ocurran de forma episódica y a cualquier hora del día, aunque es común que aparezcan predominantemente por la noche y durante las primeras horas de la mañana. En una minoría de pacientes los síntomas pueden llegar a ocurrir de forma contínua debido a que la inflamación y los cambios morfológicos de las vías aéreas pueden causar obstrucción fija al flujo aéreo. Hoy por hoy, el asma no es una enfermedad curable pero, aunque es una enfermedad crónica, los síntomas pueden desaparecer durante periodos de tiempo muy largos, incluso de por vida.
¿Quién puede padecerlo?
Aunque el asma puede aparecer a cualquier edad, es más común que debute en la infancia, edad en la que suele estar asociado a un componente alérgico. De hecho, la atopia (alergia) en niños es uno de los factores predisponentes más importantes para el desarrollo posterior de asma. Otros factores que se asocian a la aparición de asma infantil son los antecedentes de asma y tabaquismo en los padres, sobre todo en la madre. Cuando el asma comienza en la edad adulta, la relación con la atopia es menos frecuente, aunque la inflamación que ocurre en los bronquios y los síntomas que produce son similares. En adultos es más común la asociación con sinusitis, pólipos nasales y sensibilidad a la aspirina o anti-inflamatorios relacionados con la aspirina. También es habitual la inflamación bronquial con la consiguiente hiperreactividad en relación con ciertas exposiciones ocupacionales (polvo de madera, metales, compuestos orgánicos, resinas plásticas, etc). Aunque la inflamación bronquial y los síntomas son similares en ambos tipos, los mecanismos del asma intrínseco (no alérgico) no están establecidos con claridad.
¿Cómo se diagnostica?
Para poder establecer un diagnóstico de asma deben concurrir ciertos criterios. El más importante es demostrar en algún momento que existe obstrucción reversible de los bronquios, lo cual se demuestra mediante una espirometría con la que se puede medir la velocidad a la que una persona expulsa el aire (flujo aéreo). Si existe obstrucción reversible, el flujo aéreo estará reducido y se normalizará, al menos parcialmente, tras la administración de un broncodilatador. La diferencia principal con el enfisema o la bronquitis crónica producida por el tabaco es que en estas la obstrucción al flujo aéreo no es reversible. Puesto que el asma es una enfermedad episódica, es muy común que cuando un paciente acude al médico se encuentre bien y que las pruebas respiratorias no reflejen la obstrucción. No obstante, si el médico sospecha que los síntomas referidos son debidos a asma, se puede hacer el diagnóstico mediante pruebas de broncoprovocación, que consisten en provocar broncoespasmo con la consiguiente obstrucción al flujo aéreo mediante estímulos irritantes de la mucosa de los bronquios. Existen dos tipos pruebas:
- Por ejercicio
La broncoprovocación por esfuerzo está indicada en pacientes que refieren síntomas asmáticos tras realizar ejercicio. La prueba consiste en realizar un esfuerzo grande durante 8 minutos aproximadamente, tras lo cual se realizan espirometrías cada 10 minutos. En pacientes con asma inducido por esfuerzo se puede observar como se va produciendo una obstrucción progresiva de los bronquios. Una vez alcanzado un umbral (mínimo grado de estímulo que produce una sensación), se administra broncodilatador produciéndose una normalización de la espirometría. Característicamente, los pacientes con asma inducido por esfuerzo suelen referir síntomas inducidos también por aire frío. De hecho, en algunos laboratorios de función pulmonar se puede realizar una prueba de broncoprovocación por inhalación de aire frío.
- Por inhalación de irritantes
Sirven para desenmascarar asma en pacientes con cualquier tipo de asma (alérgico o no). Consisten en inhalar una sustancia nebulizada en dosis crecientes con realización de espirometrías tras cada dosis. Los irritantes utilizados (metacolina e histamina) producen una reacción no específica y, a dosis altas, pueden inducir broncoespasmo en personas sin asma. La inducción de broncoespasmo con dosis bajas de estas sustancias sugiere el diagnóstico de asma. En algunos laboratorios especializados se pueden realizar pruebas de broncoprovocación específicas con alergenos. Estas pruebas son útiles para personas que refieren síntomas tras entrar en contacto con ciertos ambientes (laborales u otros) y permiten determinar qué producto produce el broncoespasmo.
¿Qué enfermedades asociadas pueden empeorar o causar asma?
No todas las personas con síntomas asmáticos tienen asma. Existen enfermedades que pueden provocar broncoespasmo con los mismos síntomas del asma sin que ello quiera decir necesariamente que tengan asma. De hecho, tratando estas enfermedades es frecuente que desaparezcan los síntomas «asmáticos». Las dos enfermedades más comunes son: reflujo gastroesofágico y sinusitis crónica. En pacientes que sí tienen asma, estas otras enfermedades pueden empeorar los síntomas y es importante tratarlas simultáneamente.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento del asma debe cubrir varios frentes:
- inflamación de la mucosa bronquial.
- broncoespasmo.
- posibles alergias.
- enfermedades asociadas.
Inflamación de la mucosa bronquial:
En los últimos años se ha demostrado que el tratamiento de la inflamación es la parte más importante del tratamiento del asma. Hasta ahora se ponía demasiado énfasis en la broncodilatación, pero si no se trata la inflamación, los efectos de los broncodilatadores son efímeros. Existen diversos medicamentos que tienen efecto antiinflamatorio en la mucosa bronquial, pero los más potentes y eficaces son los corticoides (cortisona) inhalados. Por vía inhalatoria las dosis de corticoides empleadas son muy bajas y producen un efecto tópico sin los efectos secundarios de la administración por vía oral, endovenosa o intramuscular. Los corticoides inhalados han pasado a ser el medicamento más importante en el tratamiento del asma. Comienzan a prescribirse en pacientes con asma persistente, es decir, aquellos en los que se producen síntomas varios días a la semana, y en aquellos en los que se producen síntomas nocturnos. Para los que los síntomas ocurren de forma esporádica, por ejemplo una o dos veces cada 15 días, no es necesario comenzar con corticoides y puede bastar con broncodilatadores.
Broncoespasmo
Los corticoides inhalados no actúan de forma inmediata, aunque cuando hacen efecto tras unos días de tratamiento, el broncoespasmo remite. Pero para el tratamiento inmediato del mismo se utilizan broncodilatadores que normalmente se administran por vía inhalatoria. Existen dos tipos fundamentales según la duración de su acción: los broncodilatadores de acción prolongada se toman por la mañana y por la noche todos los días, se tengan o no síntomas, mientras que los de acción corta se suelen reservar para tomar en caso de necesidad (sensación de ahogo, tos, etc). El objetivo primordial es que los pacientes recurran a los broncodilatadores de acción corta en muy contadas ocasiones. Si no es así, es necesario potenciar el tratamiento antiinflamatorio. Obviamente, hay pacientes con asma severo que, a pesar de recibir tratamiento antiinflamatorio máximo, requieren broncodilatadores con frecuencia.
Alergias
En pacientes en los que se demuestra un componente alérgico, el tratamiento con antihistamínicos puede ser beneficioso. Por otro lado, con ciertas alergias existen tratamientos inmunológicos eficaces (vacunas) que pueden ayudar notablemente en el control del asma. No obstante, lo más eficaz en el tratamiento de las alergias es evitar o reducir en lo posible la exposición a alergenos. Por ejemplo, en el caso de la alergia a los ácaros del polvo, con medidas higiénicas de la casa sencillas se puede disminuir considerablemente la presencia de los mismos.
Enfermedades asociadas y medidas generales
Como se ha mencionado anteriormente, el reflujo gastroesofágico y la sinusitis crónica pueden agravar o causar asma, por lo que es importante descartarlos en casos de asma que no responden al tratamiento usual.
Obviamente, las personas con asma deben abstenerse completamente de fumar puesto que el humo del tabaco es un irritante que produce inflamación de los bronquios. Las exposiciones laborales que producen asma (harinas, maderas, etc.) deben evitarse en lo posible mediante ventilación adecuada del aire y uso de mascarillas de protección. En casos severos es necesario cambiar de trabajo.
NEUMONÍA
Una neumonía o pulmonía es una infección del pulmón con desarrollo de microorganismos en el interior de los alvéolos, lo que provoca una inflamación con daño pulmonar. La reacción inflamatoria produce una ocupación de los alvéolos que se visualiza en una radiografía de tórax.En los países desarrollados es la sexta causa de muerte. Se observan aproximadamente entre 7 y 15 casos por cada 1000 personas al año.
¿Cuáles son sus causas?
Las neumonías ocurren cuando un germen infeccioso invade el tejido pulmonar. Estos gérmenes pueden llegar al pulmón por tres vías distintas: por aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea.El mecanismo más frecuente es la aspiración de microorganismos desde las vías respiratorias más altas. Las vías respiratorias altas (boca, nariz, faringe) están habitualmente colonizadas por bacterias, sin que éstas estén produciendo una enfermedad. Las vías respiratorias tienen mecanismos de defensa que evitan que lleguen bacterias al pulmón, como son la tos, la presencia de células con cilios, encargadas de eliminar las partículas que alcancen los bronquios, y células y sustancias especialmente diseñadas para la inmunidad, como son los linfocitos, neutrófilos, macrófagos y anticuerpos. Estas defensas pueden debilitarse por determinadas circunstancias y facilitar así que estos gérmenes alcancen el pulmón y produzcan infecciones. Este es el mecanismo de las neumonías producidas por gérmenes como neumococo, Haemophilus y algunos estreptococos. Algunos procesos que producen estas alteraciones de los mecanismos de defensa son el consumo de tabaco, las enfermedades pulmonares crónicas, el alcoholismo, la desnutrición, la diabetes, los problemas crónicos renales o hepáticos, las alteraciones de nivel de consciencia y otras deficiencias de inmunidad. Un proceso viral o gripal puede producir un daño de las células ciliadas facilitando el desarrollo posterior de una neumonía. Otros microorganismos alcanzan el pulmón desde el aire inspirado, como ocurre en las neumonías causadas por Micoplasma pneumoniae, Chlamydia pneumoniae, Chlamydia psitacii , Coxiella burnetti (fiebre Q), Legionella pneumophila o virus. Algunas de ellas se transmiten por animales (fiebre Q, psitacosis).Finalmente algunos gérmenes pueden provenir de otra región del organismo (vías biliares, sistema urinario, válvulas cardíacas, etc.) y alcanzan el pulmón a través de la circulación sanguínea.Las neumonías que se adquieren en los hospitales, llamadas también intrahospitalarias o nosocomiales tienen por lo general mayor gravedad y características diferentes.
¿Qué síntomas producen las neumonías?
Los síntomas de las neumonías son variables, sin que ello tenga siempre relación con el tipo de germen causante de la neumonía. Algunos casos se presentan con lo que se llama una "neumonía típica", que consiste en la aparición en varias horas o 2-3 días de tos con expectoración purulenta o herrumbrosa, en ocasiones con sangre, dolor torácico y fiebre con escalofríos. Es la neumonía producida más frecuentemente por neumococo.Otras neumonías, llamadas "atípicas" producen síntomas más graduales con décimas de fiebre, malestar general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolor de cabeza. La tos es seca, sin expectoración, y el dolor torácico menos intenso. Algunos pacientes pueden tener síntomas digestivos leves como náuseas, vómitos y diarreas. Estos síntomas son más característicos de Micoplasma, Coxiella o Chlamydia. La mayoría de las neumonías tienen características de ambos grupos.Si la neumonía es extensa o hay una enfermedad pulmonar o cardiaca previa puede aparecer dificultad respiratoria. Además, si los gérmenes pasan a la circulación sanguínea producen una bacteriemia que puede conducir a un "shock séptico", con riesgo para la vida. Las neumonías pueden complicarse con el desarrollo de un derrame pleural, insuficiencia respiratoria o en los casos más severos fallo renal o cardíaco.En personas ancianas la presentación puede tener síntomas iniciales menos llamativos con fiebre poco elevada o ausente, tos escasa y con alteración del comportamiento.
¿Es grave una neumonía?
La gravedad de una neumonía depende de la extensión de pulmón que esté afectado, del tipo de germen que la cause y de la edad y de las enfermedades que ya se tengan previamente. Tienen más riesgo las neumonías en personas con mayor edad, problemas cardiacos, renales, hepáticos o pulmonares, diabetes y consumidores de alcohol. La mayoría de las neumonías en personas sanas si no son extensas se curan con tratamiento antibiótico por vía oral, sin que sea preciso el ingreso hospitalario. Así, en este grupo sólo el 3 al 10% requieren ingreso. No obstante, si hay otras enfermedades añadidas, derrame pleural, es extensa o no ha respondido a un tratamiento correcto inicial se requiere el ingreso en un centro hospitalario para tratamiento. En casos severos pueden requerir intubación y conexión a un respirador e ingreso en una unidad de Cuidados Intensivos.
¿Se pueden prevenir?
Hay pocas medidas para evitar la aparición de una neumonía. En raras ocasiones se adquiere por un contagio de otra persona y las más frecuentes se originan por gérmenes que "habitan" habitualmente en nuestras vías respiratorias.Puesto que muchas de ellas comienzan tras un proceso viral o gripal la vacunación anual antigripal es recomendable en todas aquellas personas con mayor riesgo (mayores de 65 años, enfermedades bronquiales o pulmonares crónicas, enfermedades renales, cardiacas o hepáticas crónicas) Asimismo la vacunación con vacuna antineumocócica evita la aparición de neumonías con bacteriemia causadas por neumococo. Su uso es recomendable en personas mayores de 65 años o mayores de 2 años con enfermedad cardiovascular o pulmonar crónica, alcoholismo, enfermedad hepática crónica, ausencia de bazo por cirugía o traumatismo, o pérdidas de líquido cefalorraquideo, así como personas con inmunodeficiencias, cáncer generalizado, insuficiencia renal crónica o quienes han recibido un trasplante.Las personas que padecen asma, bronquitis crónica o bronquiectasias, deben iniciar tratamiento antibiótico precozmente cuando aparecen síntomas de infección respiratoria (tos con aumento o cambio de la expectoración y dificultad respiratoria), pautado por un médico. Sin embargo esto no justifica la utilización de antibióticos de manera indiscriminada porque la mayoría de las infecciones respiratorias de vías altas (rinitis, catarro común, faringitis) son causadas por virus, que no precisan ni mejoran con tratamiento antibiótico. El empleo generalizado y en exceso de antibióticos provocaría la aparición de bacterias resistentes a antibióticos.
¿Cómo se diagnostica y cuál es el tratamiento?
Ante la sospecha de una neumonía por los síntomas y la exploración física se ha de realizar una radiografía de tórax para confirmar el diagnóstico. Una vez realizado debe empezarse el tratamiento con la menor brevedad posible. El tratamiento de las neumonías bacterianas son fármacos antibióticos. Hay una diversidad muy importante de antibióticos y la decisión del tipo de antibiótico depende del germen que se sospecha, la gravedad de la neumonía y las características del enfermo. En la mayoría de los casos no es necesario buscar el germen causante salvo que se trate de una neumonía grave o no responda al tratamiento. En estos casos puede ser necesario realizar técnicas diagnósticas como cultivo de muestras respiratorias o de sangre, broncoscopia, serología o punción pulmonar. Si existen factores de gravedad debe hacerse un ingreso hospitalario e iniciar tratamiento intravenoso con antibióticos y otros medicamentos que puedan requerirse.
CÁNCER DE PULMÓN
El cáncer de pulmón está producido por la proliferación exagerada y sin control de determinadas células del pulmón, causando en un principio problemas locales por ocupación de espacio y compresión de estructuras cercanas (como por ejemplo, los bronquios). Si el crecimiento del cáncer no se controla a tiempo, las células malignas se desplazan a otros órganos del cuerpo a través de las circulaciones sanguínea o linfática, lo que se llama metástasis. La extensión a otros órganos impide, con los medios actuales, poder ofrecer tratamientos eficaces.En el mundo occidental, el cáncer de pulmón es el tumor maligno más común y el que produce más muertes. En los Estados Unidos de América, al año se producen más muertes por cáncer de pulmón que por los siguientes tres tumores malignos más comunes combinados (cáncer de colon, de mama y de próstata). En el año 1995 se produjeron en todo el mundo 600,000 fallecimientos como consecuencia del cáncer de pulmón. Hace no muchos años, el cáncer más común en mujeres era el de mama, pero en algunos países occidentales, como los E.E.U.U., el cáncer de pulmón lo supera, tanto en incidencia, como en mortalidad.Las estadísticas del cáncer de pulmón son tan pobres por dos razones fundamentales:
Alta prevalencia del hábito tabáquico:
El hábito de fumar es el factor de riesgo más importante en el desarrollo del cáncer de pulmón. Se estima que aproximadamente el 90% de los tumores malignos de pulmón están causados por el tabaco. En un estudio de pacientes con cáncer de pulmón llevado a cabo en Edimburgo se comprobó que tan sólo el 2% de los pacientes no había fumado nunca. Se estima que un fumador tiene un riesgo de padecer cáncer de pulmón de 10 a 30 veces superior que un no fumador.
Falta de técnicas para la detección precoz.
Para los tres tumores malignos más comunes después del cáncer de pulmón, es decir el de colon, mama y próstata, existen técnicas diagnósticas que son eficaces en la detección precoz. Gracias a estas técnicas se han implantado programas oficiales para la población de riesgo con el objetivo de disminuir la mortalidad de estos tumores.En cambio, para el cáncer de pulmón no existe ningún programa de detección precoz porque hasta hace muy pocos años no existían técnicas que nos permitieran detectar un tumor en estadios precoces en los que aún puede curarse mediante la extirpación quirúrgica. En 1999 se publicó un estudio de la Universidad de Cornell de Nueva York, en el que se demostraba la eficacia del escáner torácico de baja dosis de radiación en la detección de nódulos (tumores) de pulmón en fases precoces. Como consecuencia de este estudio, la Universidad de Cornell ha organizado un estudio multicéntrico internacional, en el que participa la Clínica Universitaria de Navarra, cuyo objetivo es estudiar mediante escáner torácico (TAC) de baja dosis de radiación al mayor número de pacientes posible. Con esta colaboración se espera que en un futuro próximo se pueda recomendar la implantación de programas de detección precoz a nivel nacional con el objetivo de aumentar el porcentaje de pacientes diagnosticados en estadios en los que el cáncer es aún curable mediante cirugía.
¿Quién tiene riesgo de padecer cáncer de pulmón?
El factor de riesgo más importante para el cáncer de pulmón es el hábito tabáquico. En un estudio realizado en Edimburgo en el año 1991, de más de 3,000 pacientes con cáncer de pulmón, tan sólo el 2% no habían fumado nunca. En varones el tabaco es el agente causante del cáncer de pulmón en el 90% de los casos, disminuyendo este porcentaje en mujeres al 79%. El riesgo que tiene un fumador crónico de padecer un cáncer de pulmón a lo largo de su vida puede alcanzar hasta un 30%, mientras que en no fumadores este riesgo es del 1%. Este riesgo depende del número de cigarrillos fumados al día, así como del número de años que se fuma. Así por ejemplo, se calcula que el riesgo de un varón de 35 años de padecer cáncer de pulmón antes de los 85 años de edad es de aproximadamente un 9% si fuma menos de 25 cigarrillos al día, o del 18% si fuma más de 25 cigarrillos.Otros factores de riesgo incluyen exposición al amianto, hidrocarburos aromáticos policíclicos, arsénico y níquel, y padecer otras enfermedades pulmonares como la fibrosis de pulmón. Recientemente han cobrado interés como posibles factores de riesgo la exposición al humo del tabaco de otros fumadores (fumadores pasivos) y la exposición al radón.
¿A qué edad se padece cáncer de pulmón?
La incidencia máxima del cáncer de pulmón se produce en personas de más de 70 años de edad, pero en personas que fuman desde edades más tempranas, el riesgo empieza a ser aparente a partir de los 40 años. Es raro desarrollar cáncer de pulmón antes de esta edad.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer de pulmón?
Tan sólo el 10% de los pacientes con cáncer de pulmón son diagnosticados sin tener ningún síntoma. En estos casos, el diagnóstico suele producirse de forma casual al hacerse una radiografía de tórax de rutina o por otras razones (seguros, chequeos, etc.) En la mayoría de los casos, el paciente acude al médico por presentar síntomas producidos, o bien directamente por el tumor primario (tumor original en el pulmón), o bien por metástasis o por síndromes paraneoplásicos (síndromes paralelos al cáncer causados generalmente por sustancias producidas por el propio tumor). A). Síntomas causados por el tumor primarioEl síntoma más común es tos persistente, asociada o no a expectoración, que ocurre en un 45-75% de los pacientes. En ocasiones la tos no está causada por el tumor sino por una bronquitis crónica asociada, enfermedad muy común en pacientes fumadores con cáncer de pulmón. La expectoración no es específica y ocurre con frecuencia en pacientes con bronquitis crónica. Más específica de un tipo de cáncer de pulmón, el carcinoma broncoalveolar, es la broncorrea, definida como expectoración persistente y muy abundante.Otro síntoma muy común es la disnea o sensación de falta de aire. Tampoco es un síntoma específico puesto que ocurre con frecuencia en pacientes muy fumadores con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.La hemoptisis, o sangre en el esputo, es un signo preocupante que siempre debe ser estudiado. No obstante, el cáncer de pulmón es la causa de tan solo el 20% de todos los casos de hemoptisis, siendo la bronquitis aguda la causa más común. Hasta un 50% de los pacientes con cáncer de pulmón presentan hemoptisis en alguna ocasión.Otros síntomas menos comunes son: dolor torácico, sibilancias unilaterales (pitos en un lado del pecho), pérdida de peso y afonía. B). Síntomas producidos por extensión del tumor (metástasis)Los órganos donde se producen con más frecuencia las metástasis del cáncer de pulmón son: cerebro, huesos, hígado, glándulas suprarrenales y piel. Las metástasis en cerebro pueden producir cefaleas (dolor de cabeza), nauseas y vómitos, déficits neurológicos focales (por ejemplo, debilidad en un brazo o pierna), cambios en la personalidad, y convulsiones. Las metástasis en hígado suelen producir debilidad generalizada (astenia) y adelgazamiento. Las metástasis en huesos producen dolor y, en ocasiones, fracturas.
¿Cómo se diagnostica un cáncer de pulmón?
El estudio de un paciente con sospecha de cáncer de pulmón persigue dos objetivos: en primer lugar descartar o confirmar la presencia de un cáncer, y después determinar su extensión o estadio. Para el diagnóstico del tumor pulmonar se comienza por hacer las siguientes pruebas que determinarán la localización del tumor y el estado general del paciente para someterse a las pruebas invasivas necesarias: radiografía de tórax, TAC (escáner) de tórax y abdomen, pruebas de función respiratoria (espirometría) y análisis de sangre. Una vez localizada la lesión, es preciso obtener una biopsia para determinar si la lesión es cáncer o no. Para ello se recurre a una de cuatro técnicas dependiendo de la localización en el escáncer:
broncoscopia
punción percutánea (a través de la pared torácica) guiada por TAC
videotoracoscopia
toracotomía (incisión en la pared torácica)
La broncoscopia consiste en introducir en las vías aéreas un tubo fino en cuyo extremo hay una cámara de vídeo que permite la visualización directa de los bronquios. Debido a que el calibre de las vías aéreas va disminuyendo a medida que se avanza el broncoscopio, está técnica tiene la limitación que sólo permite ver los bronquios centrales. Es decir, si el tumor está en la periferia del pulmón, la broncoscopia no es la técnica preferida y se intenta hacer una punción percutánea guiada por TAC. Con esta técnica, el radiólogo localiza el tumor con un escáner e introduce una aguja fina en la lesión a través de la pared torácica. Con el escáner se puede comprobar que la aguja está en el tumor y se procede a aspirar células que después son estudiadas en el laboratorio. Las dos técnicas descritas son las menos invasivas de las cuatro. No obstante, en ocasiones es preciso recurrir a la cirugía para obtener una muestra del tumor.La videotoracoscopia es una técnica quirúrgica que requiere anestesia general y que consiste en introducir un tubo rígido en la cavidad pleural a través de la pared torácica. A través de este tubo puede introducirse otro tubo más fino con cámara de vídeo en el extremo. Esta cámara permite localizar la lesión y obtener las biopsias necesarias. Por último, en un porcentaje reducido de pacientes no es posible obtener una biopsia por ninguna de las técnicas descritas y es preciso proceder a extirpación quirúrgica de la masa mediante toracotomía.Una vez obtenida la biopsia y confirmado el diagnóstico de cáncer, es preciso determinar la extensión de la enfermedad para decidir el tratamiento más adecuado. El estudio de extensión no es igual en todos los centros dependiendo de las técnicas disponibles. En la Clínica Universitaria de Navarra se recurre con frecuencia al PET (tomografía por emisión de positrones). Consiste en inyectar al paciente por vía endovenosa glucosa radioactiva. Los tumores malignos son en general muy metabólicos por lo que captan la glucosa radioactiva pudiendo localizarse mediante una gammacámara (detector de radioactividad). Otras pruebas que pueden realizarse, para determinar la presencia de metástasis o no, incluyen la gammagrafía ósea y la resonancia magnética o TAC del cerebro.
¿Cómo se trata el cáncer de pulmón?
El tratamiento del cáncer de pulmón depende del estadio en que se encuentre. En estadios precoces, es decir, cuando el tumor no está extendido a los ganglios linfáticos ni ha producido metástasis en otros órganos, el tratamiento de elección es la resección quirúrgica del lóbulo pulmonar en el que se encuentre el tumor. En ocasiones es necesario extraer hasta un pulmón entero (neumonectomía), lo cual suele ser bien tolerado y no produce limitaciones significativas en cuanto a la vida que pueda llevar el paciente en el futuro. El pronóstico en estadios precoces, cuando puede resecarse todo el tumor y no hay invasión de ganglio, es muy bueno. En estos casos se puede conseguir la curación en hasta un 80% de los pacientes.Una vez que el tumor se ha extendido el tratamiento varía según el grado de extensión. En algunos casos se ofrece tratamiento con quimioterapia y radioterapia para después resecar el tumor mediante cirugía. Una vez que se producen metástasis, la cirugía no es útil y el tratamiento consiste en combinaciones de quimioterapia y radioterapia.
NEUMOTÓRAX
Consiste en la presencia de aire dentro de la cavidad pleural, lo cual provoca un colapso pulmonar del lado afecto.
¿Cuáles son sus causas?
Existen diversos tipos de neumotórax en función de la causa que los produce:
Neumotórax yatrogénico, cuando se produce tras la manipulación instrumental diagnóstica o terapéutica (punción pleural o toracocentesis, punción transparietal de nódulos pulmonares, broncoscopia con punción transbronquial, cateterización de vías venosas centrales- habitualmente la subclavia). Se han descrito casos de neumotórax en relación con las agujas de acupuntura.
Neumotórax traumático, en los casos de trauma torácico previo (bien cerrado o heridas penetrantes en tórax).
Neumotórax en relación con la ventilación mecánica o barotrauma (en pacientes intubados en los que se manejan presiones muy positivas).
Neumotórax espontáneo, en el que no existe causa aparente. Dentro de éste encontramos el neumotórax primario o juvenil, el cual está en relación habitualmente con la rotura de bullas apicales; éstas consisten en pequeños quistes pulmonares de causa desconocida, si bien suelen darse en individuos altos con tórax elongados.
A su vez denominamos neumotórax secundarios a aquellos que aparecen en pacientes con patología pulmonar de base como son la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, por rotura de bullas pulmonares fundamentalmente en pacientes con enfisema), agudizaciones del asma, fibrosis pulmonares de diversas causas, enfermedades del tejido conectivo, endometriosis (llamado neumotórax catamenial), neumonías necrotizantes, tuberculosis y en la neumonía en pacientes con SIDA.Sin embargo, no existe una relación directa entre el ejercicio físico y la rotura de las bullas pulmonares, ocurriendo neumotórax en menos de un 10 % de los casos en dicha circunstancia.Es una patología relativamente frecuente, suponiendo un 20 % de los ingresos en los Servicios de Neumología y Cirugía Torácica.
¿Qué síntomas produce?
Depende de la reserva funcional del paciente, de forma que en el 5-10 % de los casos son asintomáticos.El dolor torácico (de comienzo brusco, agudo y unilateral) y la disnea (dificultad para respirar) son los síntomas más frecuentes (80-90 % de los casos). La disnea puede ser muy intensa en aquellos pacientes con una reserva funcional muy comprometida por una patología pulmonar de base.Otros síntomas que pueden aparecer son tos seca, hemoptisis (expectoración con sangre), síncope y la percepción de un ruido en el tórax al respirar.En un 3 % de los casos se produce lo que se denomina un neumotórax a tensión, cuando la presión en el espacio pleural supera la atmosférica. Esto ocurre cuando existe un mecanismo valvular que permite la entrada de aire a la cavidad pleural durante la inspiración, sin vaciarse en la espiración. Esto ocasiona un colapso total del pulmón de ese lado, con un desplazamiento mediastínico que impide el retorno venoso con el consiguiente fallo cardíaco. Este cuadro es una urgencia vital que se caracteriza por una disnea severa, taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria), cianosis, sudoración, hipotensión y distensión yugular bilateral, exigiendo la descompresión inmediata.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se realiza por los síntomas anteriormente mencionados, además de la exploración física y radiológica.En la exploración física puede apreciarse taquipnea, disminución o abolición del murmullo vesicular fisiológico a la auscultación, así como timpanismo a la percusión del tórax y disminución de las vibraciones vocales.El diagnóstico se confirma con la realización de una radiografía de tórax (preferiblemente realizada en espiración forzada), en la que se aprecia el colapso pulmonar.
¿Cómo se trata?
El tratamiento consiste por un lado en evacuar el aire de la cavidad pleural, lo cual se consigue tras la colocación bajo anestesia local de un drenaje torácico conectado bajo aspiración a un sistema de sello de agua que permite mantener la presión negativa intrapleural (por debajo de la presión atmosférica), logrando así una adecuada expansión pulmonar. La retirada del tubo de drenaje torácico se realiza al 5º día de su colocación siempre que no persista una fuga aérea y una vez confirmada la reexpansión pulmonar completa tras efectuar una maniobra de clampaje del drenaje durante varias horas.Por otro lado, un tratamiento correcto debe ir dirigido a prevenir las recidivas o reapariciones del neumotórax, lo cual se lleva a cabo con diferentes técnicas entre las que se encuentran la pleurodesis química a través del tubo de drenaje (consistente en la introducción de talco o tetraciclinas al espacio interpleural con objeto de producir adherencias entre la pleura visceral y parietal) y la cirugía.Las indicaciones quirúrgicas se reservan a los neumotórax espontáneos recidivantes (tras un segundo episodio), fuga aérea persistente (más de 8 días) y personas con mayor riesgo (pilotos, buceadores,...).En la actualidad la técnica más empleada es la videotoracoscopia con resección de bullas subpleurales apicales y abrasión pleural con gasa (o alternativamente escarificación con electrocoagulación, láser o argón o el talcaje pleural con talco, tetraciclinas o algún pegamento biológico). Las recidivas tras la cirugía videotoracoscópica está en torno al 5 %.En los excepcionales casos en los que fracasa la técnica anteriormente descrita, el tratamiento de elección es la extirpación de la pleura parietal o pleurectomía a través de una toracotomía axilar (con cifras de recidiva inferiores al 1 %).
FIBROSIS QUÍSTICA
f. Enfermedad hereditaria autosómica recesiva, también conocida como mucoviscidosis, caracterizada por la producción de moco anormalmente espeso y una deficiencia en la motilidad ciliar, todo ello origina la formación de tapones de moco, especialmente en el árbol bronquial, en los conductos pancreáticos, biliares, etc. Como consecuencia se produce un cuadro de destrucción progresiva del parénquima pancreático, con formación de quistes y fibrosis, que causan una insuficiencia pancreática, además de enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
miércoles, 4 de noviembre de 2020
domingo, 1 de noviembre de 2020
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